domingo, 28 de agosto de 2011

Ánimo, arre.



Todos los domingos son como año nuevo para mi.

Sí saben, ¿no? Esa vibra de que todo lo que has hecho mal durante años puede cambiar con el simple propósito de hacerlo. No importa si son conductas permanentes o, incluso, si son hechos ajenos a ti, todo puedes cambiarlo con la simple renovación del calendario.

Mis ciclos son más breves y mi autocrítica es muy aguda -aunque no haga mucho por remediar lo que encuentro-. Así, semana con semana, como lo he hecho por casi 11 años, escribo en un diario todo lo que pasó, reflexiono sobre lo sucedido y es justo cuando me llega la cruda moral o la alegría.

Todos los domingos vuelvo a intencionarme y reprogramarme para lograr los objetivos y conductas que deseo.

Este domingo me he planteado una cosa: reflejar todo lo bueno de todas las personas que me rodean.  

1 comentario:

Unknown dijo...

ps como canta sabina: cada noche me invento; casi siempre me va funcionando, excepto cuando llego algo ebrio y no puedo pensar en qué hice bien y qué hice mal del día y así; así que muy bien con tus cortes de caja, seguro siempre hallas más preguntas que respuestas