lunes, 13 de febrero de 2012

¡Ciao, Flaco!


Traduciendo letras de muchos grupos, nos podríamos dar cuenta de cómo el posmodernismo ha tornado la complejidad en melodías digeribles, lindas y pegajosas. El chamber pop es ahora el más exquisito de los gustos comunes entre los más “raritos” de la urbe. 
Decir que la musica “de hoy” ya no es tan buena como “la de antes” es esa vieja muletilla que denota la brecha generacional y el hastío de elegir entre la sobreproducción musical actual. Aunque no estoy de acuerdo con esta última afirmación, debo admitir, que en términos líricos y estructurales, la música se ha simplificado enormemente. Actualmente pocos pueden alcanzar esa combinación perfecta entre una lírica perfectamente acabada y una melodía que simplemente te vuele la cabeza. 
Todo este letrerío intelectualoide y pseudo crítico viene a colación porque el 8 de febrero perdimos a uno de los últimos clavados que se atrevían a hacer un rock profundo y complejo, de esos que te llevan a la sinestesia sensorial de la música fusionada con la cruda realidad y la poesía. Luis Alberto Spinetta y su música pueden ser uno de los ejemplos de lo abigarrado, denso y a la vez sintético que podía llegar a ser el rock underground latinoamericano en las décadas de los sesenta y setenta.  
Cuando @rousberries me dio la noticia de que había muerto tras una incansable guerra contra el cáncer (esa sí es una guerra de verdad), sólo pude recordar los versos que más me han marcado en la vida: 
“La indómita luz 
se hizo carne en mí 
y lo dejé todo por esta soledad.” 
 Después reflexioné: el movimiento del rock en español, y todas las bandas que ahora llevan esta bandera, comenzaron con el trabajo de Spinetta y compañía (enlace al artículohttp://es.wikipedia.org/wiki/Rock_argentino). 
Mientras andaban rolando The Beatles, Led Zeppelin, Pink Floyd, The Who, Frank Zappa y todas las bandas que son recurrentes en los perfiles de Facebook de todo “melómano”, Spinetta y los padres del rock argentino, como se les ha llamado, se encontraban en una revolución cultural que afectó de manera particular a Argentina, dejando de lado los estereotipos del tango y la América Latina replicante del viejo mundo; se encontraban en franca lucha contra el sistema argentino, con la música como protesta. Spinetta y ellos asimilaron canciones como “Popotitos”,”Like a Rolling Stone”, “La Bamba” y “She loves you” y las convirtieron en un movimiento filosófico y de arte subersivo que a su vez convirtieron en melodías para digerirse en pleno régimen fascista.
A muchos les da coraje pensar en que personas como este genio se van sólo con las lágrimas de pocos, o que sólo son importantes para aquellos quienes saben lo que fue vivir el rock en tiempos de Videla y sin el reconocimiento mundial que merecen. A mi sólo me da tristeza haber perdido a uno de los personajes más grandes de la música en todos los idiomas, de todas las latitudes y de todos los géneros.

Luis Alberto Spinetta, rezo por vos

1 comentario:

Unknown dijo...

Con la música argentina se me sale lo malinchista, tal vez por acá sus rolas no peguen porque no son fáciles, necesitas ponerte a pensar en el: ¿qué quiso decir? Por ejemplo "los dinosaurios" de Charly García, o "mil horas" de Andres Calamaro. Pero para mí, una de las mejores bandas de aquel país, es la bersuit, lástima que Gustavo Cordera abandonara el proyecto, se siente su ausencia.
Una muestra de lo que decías: combinación entre letra, música, pero además, imagen: http://www.youtube.com/watch?v=f5LdUmsxPuU