viernes, 29 de julio de 2011
Y a veces se pierde el estilo.
Del garbo yo no sé nada, del estilo tampoco y de modales menos.
Por más que mi abuela trató de reivindicar mi triste caída, el manual de Carreño siempre me pesó mucho en la mochila.
Esto visto a la luz de los hechos pasados: mis tacones se han desgastado de girar por un completo desconocido. Tal vez alguien de la farándula o del súper; un vecino o un compañero del trabajo. Puede ser real o no, eso no importa, pero saber que existe esa chispa que a lo largo de los años se desgasta siempre te devuelve la sonrisa.
Lo más seguro es que ese ser irreal no es para nada lo que pensé, a lo mejor nunca baja de los escenarios para pasar a su gruppie, pero, aunque no lo sepa, me devolvió una linda manera de moverme por los días.
Lo único complicado de mi situación es que soy tan transparente, como ese lago-en.medio-del-valle-de-las-ilusiones, y es tan real y cercano que me arriesgo a que lo note.
#SanPedroRecord (el tres veces negado)
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