viernes, 5 de noviembre de 2010

País de puentes

Cuando era pequeña acostumbrábamos ir a una ciudad cercana a mi pueblo, Ciudad Cárdenas, Tabasco.  Qué me disculpen mis entrañables amigos tabasqueños, pero creo que es una de las ciudades más feas que he visto, junto con Reynosa, Ciudad Victoria y Cerro Azul.  Y la recuerdo porque sólo pasábamos a su lado en nuestro regreso a Paraíso -que sí le hace GRAN tributo a su nombre-, cuando viajábamos del defe.

El punto es que, durante este recorrido veíamos en toda su expresión el humor involuntario que pueden  llegar a tener los tabasqueños y sus monumentos.  Recuerdo el niño fisión, Benito Juárez sin proporción, la glorieta de la Chichona, en fin, cada uno da para un post.

Ahora me toca contar sobre el puente que lleva a la nada, un auténtico puente mexicano, que bien podría representar el proyecto de nación de 1824, 1857, 1917 y el actual: No llevan a nada, no se acuerda nada y sólo es un estúpido gasto de dinero.  Les presento el puente a la nada:


Ahí está, a la Fito Páez, a un lado del camino, pero no creo que le guste a nadie.  La maleza se lo come y el concreto (que tan caro es) está poco a poco cediendo a la humedad.  Bien puede ser una imagen del programa 'La Tierra sin Humanos' del History Channel.  El puente que sube de ningún lado y baja a ningún lado.  

En realidad nunca supe cual era el objetivo.  Por algunos años pensamos que era un plan a futuro para expandir la carretera libre a autopista, pero como pueden observar en la fotografía (cuyo sitio original está debajo y es una crónica fotográfica de un viajero de Mérida al D.F.) la super carretera lo pasa por un lado, ignorándolo, como si no hubiera costado nada.

Sólo en México

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