miércoles, 25 de agosto de 2010

Crónicas marcianas, mi papá, el mundo de lo soñado y lo imposible


A finales de los sesenta mi papá literalmente perdió la cabeza después de leer un libro. ¿y quién no, si hubiera tenido que permanecer en los solitarios rumbos en el norte del país cuidando la producción petrolífera durante las 24 horas del día en un camper a unos 40° C? Pero mi pá no lo logró solito, Ray Bradbury contribuyó con las descripciones maravillosas que hace del planeta rojo en "Crónicas Marcianas". Ahora que lo pienso, creo que describía Reynosa casi a la perfección, sólo que en aquellos años había menos narcocrímenes.

Deambulaba yo, perdiendo mi tiempo como es costumbre, por la pseudobiblioteca de mi trabajo cuando me di cuenta de que nadie, nadie, jamás ha tocado esos libros, por lo que decidí hacerles el honor. De todos los libros saqué uno al azar y ese fue: "Crónicas Marcianas".

Tal vez no lo había leído por la historia que hay detrás del mismo, pero en ese momento agarré el valor para leer el libro que había transformado la vida de mi papá tiempo atrás en los sesenta.

No llegué más allá de 'Una noche de Verano' tercer capítulo del libro, no porque no me gustara, sino porque el prólogo ya me dio mucho que pensar. Éste fue hecho por Borges y escribió algo que me gustaría compartir.

En el, hace referencia a la ciencia ficción y su avance a través de la literatura y menciona en primer lugar a Ludovico Ariosto, escritor del siglo XV y XVI que escribió una MEGA obra llamada 'Orlando Furioso' y en ella se mencionaba lo más hermoso que he imaginado en estos últimos días.

"... a principios del siglo XVI, Ludovico Ariosto imaginó que un paladín descubre en la Luna todo lo que se pierde en la Tierra, las lágrimas y suspiros de los amantes, el tiempo malgastado en el juego, los proyectos inútiles y los no saciados anhelos..."


Y con esto ya tuve para perder la cabeza un rato. No me imagino que anhelos, sueños y tiempos perdidos habrá rememorado mi padre cuando leyó este fragmento -ya que en la edición que el tenía también aparecía este prólogo-. Algo en lo que yo pensé es que en la Luna yo estaría platicando por horas con mi padre, sin pelear, sin ignorarlo; simplemente platicaría con el todo el tiempo que me la pasé bebiendo y haciendo tonterías en la prepa y los primeros semestres de la carrera.

Te extraño, papi.

¿Tu qué estarías haciendo en la luna?

Saludos y buena semanita

4 comentarios:

Miriam dijo...

Qué bonito post, Cecilia.

Unknown dijo...

Gracias, como no se usar muy bien esto, apenas hasta hoy vi el comment. Buen día, Miris!

Anónimo dijo...

Te rifaste, creo que a todos los de nuestra generación nos impactó la buena ciencia ficción, porque tuvimos maestros excepcionales.

Unknown dijo...

¡Muchas gracias! En realidad es un posteo viejo que creí pertinente sacar en su memoria. ¿Quién eres? :)